8 RESPUESTAS SOBRE EL ISLAM

1. ¿Qué es el Islam?

El Islam es el nombre de la religión, o más apropiadamente la 'manera de vida', que Allah ha revelado y que era practicada por todos los Profetas y Mensajeros enviados a la humanidad. El nombre mismo de la religión se destaca entre las demás religiones pues significa un estado del ser; no hace referencia a ninguna persona en particular, como el Cristianismo, Budismo o Zoroastrianismo; una tribu como el Judaísmo; o una nación como el Hinduismo. La raíz árabe de la cual deriva la palabra Islam implica paz, seguridad, salutación, protección, ausencia de culpa, salud, sumisión, entrega, aceptación, rendición y salvación. El Islam significa específicamente un estado de libre sumisión y entrega a Allah, adorarlo sólo a Él, y aceptar y obedecer Su Legislación con devoción. A través de esta sumisión y entrega, se logran la paz, seguridad y el sano bienestar implicados en su significado literal. De allí que el musulmán, sea hombre o mujer, es una persona en ese estado de libre sumisión y entrega. El Islam de un individuo se debilita a través del pecado, la ignorancia y las malas acciones, y se anula totalmente cuando se le asocian pares a Allah o se deja de creer en Él.

2. ¿Quiénes son los musulmanes?

La palabra árabe ‘muslim’ significa “aquel que está en estado de Islam (libre sumisión y entrega a la voluntad y legislación de Allah)”. El mensaje del Islam es universal, y cualquiera que lo acepte se convierte en musulmán. Algunas personas creen erradamente que el Islam es una religión sólo para los árabes, pero nada está más lejos de la verdad. De hecho, más del 80% de los musulmanes del mundo no son árabes. Si bien la mayoría de los árabes son musulmanes, hay árabes cristianos, judíos y ateos. Si se da un vistazo a los diversos pueblos que viven en el mundo musulmán – de Nigeria a Bosnia y de Marruecos a Indonesia – es muy fácil advertir que los musulmanes pertenecen a distintas razas, grupos étnicos, culturas y nacionalidades. El Islam ha sido siempre un mensaje universal para todos los pueblos. Esto se puede apreciar en el hecho de que algunos de los primeros compañeros del Profeta Muhammad (la paz y bendición sean con él) no sólo eran árabes, sino que también los había persas, africanos y romanos bizantinos. Ser musulmán implica una aceptación total y una obediencia activa a las enseñanzas y leyes reveladas por Allah. El musulmán es una persona que acepta libremente basar sus creencias, valores y fe en la voluntad de Dios Todopoderoso. En el pasado, aún si no se la usa demasiado hoy día, se usaba la palabra “mahometanos” para referirse a los musulmanes. Esta palabra es errada, y el resultado de una distorsión deliberada o de mera ignorancia. Una de las razones de ese error conceptual es que durante siglos a los europeos se les enseñó que los musulmanes adoraban al Profeta Muhammad (la paz y bendición sean con él) de la misma manera que los cristianos adoran a Jesús. Esto es totalmente falso, pues no es considerado musulmán quien adora, fuera de Allah, a una deidad o persona.

3. ¿Quién es Allah?

A menudo se menciona la palabra “Allah” cuando se habla sobre el Islam. La palabra “Allah” no es más que la transliteración de la palabra árabe para referirse a Dios Todopoderoso, y es la misma que usan los cristianos y judíos de habla árabe. De hecho, la palabra Allah se usaba mucho antes de que existiera la palabra Dios, pues el castellano es un idioma relativamente nuevo. Si uno lee la traducción en árabe de la Biblia, vería que se usa la palabra “Allah” donde en castellano se usa “Dios”. Por ejemplo, los cristianos de habla árabe dicen que Jesús es, según sus creencias, el Hijo de Allah. Además, la palabra árabe “Allah” es similar a la palabra Dios en otras lenguas semíticas. En hebreo, por ejemplo, la palabra Dios es “Elah”. Por diversas razones, algunas personas creen que los musulmanes adoran a un Dios distinto del Dios de Moisés, Abraham y Jesús. Ese es otro error conceptual pues el Monoteísmo Puro del Islam convoca a todos los pueblos a adorar al Dios de Noé, Abraham, Moisés, Jesús y todos los otros profetas, que la paz sea con todos ellos.

4. ¿Quién es Muhammad?

El último profeta enviado por Dios a la humanidad fue el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él. A los cuarenta años de edad, recibió la revelación de Allah. Desde ese momento, pasó el resto de su vida explicando y viviendo las enseñanzas del Islam. El Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él, fue el más grande de todos los profetas por muchas razones, pero principalmente porque fue elegido por Allah para ser el último profeta – cuya misión de guiar a la humanidad continuará hasta el Último Día – y porque fue enviado como misericordia para toda la humanidad. El resultado de su misión ha atraído más personas a la creencia pura en un Único Dios que cualquier otro profeta. Desde los primeros tiempos, Allah envió profetas a la tierra, cada uno a su pueblo específico. Sin embargo, el Profeta Muhammad fue enviado como el Mensajero final para toda la humanidad. 

Si bien otras comunidades religiosas dicen creer en un Único Dios, con el pasar del tiempo algunas ideas corruptas han ingresado en sus prácticas y creencias alejándolas del monoteísmo puro y sincero que predicaron los profetas. Hay quienes tomaron a sus profetas y santos como intercesores ante Dios Todopoderoso. Algunos incluso creyeron que sus profetas eran manifestaciones de Dios, “Dios Encarnado”, o el “Hijo de Dios”. Todos esos errores conceptuales llevaron a la adoración de seres creados en lugar del Creador, y contribuyeron a la práctica idólatra de creer que es posible acercarse a Dios Todopoderoso a través de intermediarios.

Para proteger a sus seguidores de esas falsedades, el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él, enfatizó que él era sólo un ser humano con la misión de predicar y obedecer el mensaje de Allah. Les enseñó a los musulmanes a referirse a él como “el Mensajero y Siervo de Dios”. A lo largo de su vida y sus enseñanzas, Allah convirtió a Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él, en el ejemplo perfecto para toda la humanidad – fue un ejemplo de profeta, estadista, líder militar, gobernante, maestro, vecino, esposo, padre y amigo. A diferencia de otros profetas y mensajeros, el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él, vivió a la luz plena de la historia, y todos sus dichos y acciones fueron registrados y preservados meticulosamente. Los musulmanes no necesitan simplemente tener ‘fe’ de que él existió, o que sus enseñanzas fueron preservadas, sino que saben a través de la ciencia y la historia que efectivamente fue así. Allah protegió el mensaje revelado a Muhammad y evitó que fuera distorsionado, perdido u olvidado. Esto fue necesario porque Allah prometió que Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él, sería el último Mensajero para la humanidad. Todos los Mensajeros de Allah predicaron el mensaje del Islam – es decir, la libre sumisión y entrega a la legislación de Dios y la adoración al único Dios – pero Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él, es el último profeta quien trajo el mensaje final y completo que no sería cambiado hasta el Último Día.

5. ¿Cuáles son las enseñanzas del Islam?

La base de la fe islámica es la creencia absoluta en el monoteísmo (la Unicidad de Dios). Esto significa creer que hay un solo Creador y Sustentador de todo el universo, y que nada es divino ni digno de ser adorado excepto Él. Ciertamente, creer en la Unicidad de Dios significa mucho más que creer simplemente que hay “un solo Dios”, en lugar de dos, tres o cuatro. Hay muchas religiones que dicen creer en “un solo Dios” y la existencia de un solo Creador y Sustentador de todo el universo, pero el verdadero monoteísmo es creer solo Una Verdadera Deidad debe ser adorada según la revelación que Él le envió a Su Mensajero. El Islam también rechaza el uso de todos los intermediarios entre Dios y el hombre, e insiste en que la gente se acerque directamente a Dios y reserve para Él toda manifestación de adoración y devoción. Los musulmanes creen además que Dios Todopoderoso es Compasivo, Misericordioso y Piadoso. 

Un error muy común es sostener que Dios no puede perdonar directamente a Sus criaturas. Al exagerar la carga y castigo del pecado y sostener que Dios no puede perdonar directamente a los humanos, la gente está menospreciando la Misericordia de Dios. Cuando se convencen de que no pueden acercarse directamente a Dios, se vuelcan a falsos dioses o ayudas, como héroes, líderes políticos, salvadores, santos y ángeles. A menudo vemos gente que adora, le reza o busca intercesión ante falsas deidades, a las cuales no consideran un ‘dios’. Dicen creer en un Solo Dios Supremo, pero a la vez oran y adoran ante otros solo para acercarse más a Dios. En el Islam, hay una clara distinción entre el Creador y el ser creado. No hay ambigüedades ni misterios en lo que respecta a la divinidad: Nada que sea creado merece ser adorado, solo Allah, el Creador, es digno de ser adorado. Algunas religiones creen falsamente que Dios es parte de Su creación, y eso ha llevado a que la gente crea que pueden adorar cualquier cosa creada para poder llegar al Creador. 

Los musulmanes creen que Dios es Único y Exaltado más allá de cualquier comprensión especulativa, definitivamente no tiene socios, compañeros, pares, antagonistas ni vástagos. Según la creencia musulmana, Allah “no engendra ni fue engendrado” – ni literal, alegórica, metafórica, física o metafísicamente. Él es Absolutamente Único y Eterno. Tiene control de todo y es perfectamente capaz de otorgar Su infinita Piedad y Su infinito Perdón a quien Él quiera. Es por eso que Allah también es llamado Todopoderoso, Misericordioso, Compasivo. Allah ha creado el Universo para el hombre, y como tal quiere lo mejor para todos los seres humanos. Los musulmanes ven todo en el Universo como una señal de la Creación y Benevolencia de Dios Todopoderoso. Además, la creencia en la Unicidad de Allah no es meramente un concepto metafísico. Es una creencia dinámica que afecta la visión que tenemos de la humanidad, la sociedad y todos los aspectos de la vida práctica. Un corolario lógico a la creencia islámica en la Unicidad de Allah, es su creencia en la igualdad de los hombres.

6. ¿Qué es el Corán?

El Corán es la revelación final de Allah para toda la humanidad, que es la palabra de Allah, Exaltado sea, transmitida a través del Arcángel Gabriel en idioma árabe al Profeta Muhammad, en sonido, palabra y significado. El Corán (a veces escrito incorrectamente Koran), fue traspasado a los compañeros del Profeta, quienes lo memorizaron diligentemente al pie de la letra y lo compilaron por escrito de manera meticulosa. El Sagrado Corán ha sido recitado continuamente por los compañeros del Profeta y sus sucesores hasta la actualidad. En pocas palabras, podemos decir que el Corán es el libro revelado de las Divinas escrituras de Allah dirigido a toda la humanidad para su guía y salvación. 
En la actualidad, el Corán sigue siendo memorizado y enseñado por millones de personas. La lengua del Corán, el árabe, es una lengua viva hablada por millones de personas. A diferencia de las escrituras de otras religiones, el Corán sigue leyéndose en su lengua original por infinidad de personas. El Corán es un milagro vivo en la lengua árabe, y es conocido por ser inimitable en su estilo, forma e impacto espiritual, como también por el conocimiento científico único que contiene. El Corán fue descendido en una serie de revelaciones al Profeta Muhammad (la paz y bendición sean con él) por un período de 23 años. A diferencia de muchos otros libros religiosos, del Corán siempre se tuvo la certeza de que es la Palabra exacta de Allah. El Corán era recitado en público delante de comunidades musulmanas y no musulmanas durante la vida del Profeta Muhammad, y también con posterioridad a su muerte.

El Corán completo fue escrito durante la vida del Profeta, y los numerosos compañeros del Profeta memorizaron el Corán completo palabra por palabra tal como fue revelado. El Corán siempre estuvo en manos de toda la sociedad: Siempre fue enseñado como la palabra de Dios; y debido a la memorización extendida, fue preservado perfectamente. No se alteró ninguna parte ni fue modificado por ningún concejo religioso. Las enseñanzas del Corán comprenden una escritura universal dirigida a toda la humanidad y no a una tribu o ‘pueblo elegido’ en particular. Su Mensaje no es nuevo sino que se trata del mismo mensaje recibido por todos los profetas: ‘someterse a Allah el Único Dios y adorarlo sólo a Él, seguir a los Mensajeros de Allah para tener éxito en la vida y obtener la salvación en el más allá’. Como tal, la revelación de Allah en el Corán se concentra en enseñar a los seres humanos la importancia de creer en la Unicidad de Allah, y de enmarcar sus vidas en torno a la guía que Él ha enviado, la cual se articula en la Legislación Islámica.

El Corán contiene relatos de los profetas anteriores, como Noé, Abraham, Moisés y Jesús, que la paz sea con todos ellos, y también contiene mandamientos y prohibiciones de Dios. En nuestros tiempos modernos, en los que muchas personas caen presas de la duda, la desesperanza espiritual y la alienación social y política, las enseñanzas del Corán ofrecen soluciones para el vacío que hay en nuestras vidas y el torbellino que se está apoderando del mundo actual.

7. ¿Cuál es la visión de los musulmanes sobre la naturaleza del hombre, el propósito de la vida y el más allá?

En el Sagrado Corán, Allah enseña a los seres humanos que fueron creados para glorificar y adorarlo a Él, y que la base de toda devoción verdadera es la conciencia en Dios. Todas las criaturas de Allah lo adoran naturalmente y sólo los seres humanos tienen el libre albedrío de adorar a Allah o rechazarlo. Es un enorme desafío, pero también un gran honor. Dado que las enseñanzas del Islam engloban todos los aspectos de la vida y la ética, la conciencia en Dios debe fomentarse en todos los asuntos de la vida. El Islam deja bien claro que todos los actos del ser humano son actos de devoción si se hacen sólo por Dios y según Sus Divinas Leyes y Escrituras. Como tal, la devoción en el Islam no se limita a los ritos religiosos, y por esta razón es conocido como una ‘manera de vida’ más que como una religión. Las enseñanzas del Islam actúan como un bálsamo para el alma humana, y se fomentan cualidades como la humildad, la sinceridad, la paciencia y la caridad. Además, el Islam condena el orgullo y el carácter santurrón, dado que solo Dios Todopoderoso es el único juez de la probidad humana.

La visión islámica de la naturaleza del hombre también es realista y equilibrada en el sentido de que los seres humanos no son pecadores inherentemente, sino que son capaces de hacer el bien y el mal por igual; es su elección. El Islam enseña que la fe y la acción van de la mano. Dios le ha otorgado el libre albedrío a la gente, y la medida de nuestra fe son nuestras acciones. No obstante, dado que los seres humanos también han sido creados débiles y caen en pecado de manera regular, necesitan continuamente ser guiados y buscar arrepentimiento, el cual es, por sí mismo, una forma de adoración amada por Allah. La naturaleza del ser humano tal como fue creado por Dios en Su Majestad y Sabiduría, no es inherentemente ‘corrupta’ ni necesita reparación. El camino del arrepentimiento está siempre abierto para todos. Dios Todopoderoso sabía que los humanos iban a cometer errores, por eso el verdadero desafío es saber si van a buscar el arrepentimiento por sus pecados y evitarlos, o si prefieren una vida de desidia y pecado, sabiendo a ciencia cierta que eso no complace a Dios. El verdadero equilibrio de una vida islámica está establecido por un temor sano al castigo de Allah por los pecados y faltas cometidos, a la par de una sincera creencia que Allah, en Su infinita Misericordia, se complace en otorgar Su recompensa por las buenas acciones y los actos de adoración sinceros por su causa.

Una vida sin temor a Allah lleva al pecado y la desobediencia, mientras que, en el extremo opuesto, si creemos que hemos pecado tanto que no habrá manera alguna que Dios nos perdone, solo tendremos una vida de desesperanza. A la luz de estos hechos, el Islam enseña que sólo quienes se descarrían de la Misericordia de su Señor y los criminales malvados están privados del temor de Allah, su Creador y Juez. El Sagrado Corán, como le fue revelado al Profeta Muhammad, que la paz sea con él, también contiene gran cantidad de enseñanzas sobre la vida en el más allá y el Día del Juicio Final. Los musulmanes creen que todos los seres humanos serán juzgados por Allah, el Absoluto Rey Soberano y Juez, por sus creencias y acciones en sus vidas terrenales. Al juzgar a los seres humanos, Allah será Absolutamente Justo, castigando sólo a los verdaderos culpables y criminales rebeldes y que no se arrepientan, y Absolutamente Misericordioso y Compasivo con aquellos que Él, en Su sabiduría, juzgue sean dignos de ella. Nadie será juzgado por algo que esté más allá de su capacidad, o por algo que no haya cometido. Basta con decir que el Islam enseña que la vida es una prueba diseñada por Allah, el Creador, Todopoderoso y Sabio; y que todos los seres humanos deberán rendir cuentas ante Allah por lo que hicieron en sus vidas. Una fe sincera en la vida del más allá es la clave para tener una vida equilibrada y moral. De lo contrario, la vida será vista como un fin en sí misma, lo que hará que los individuos se vuelvan más egoístas, materialistas e inmorales, cegados por su búsqueda de placer aún a expensas de la razón y la ética.

8. ¿Quién es el Iman?

Consideramos necesario precisar el significado de esta palabra, pues, los errores pueden tener fatales conclusiones. Para empezar, una nota ortográfica: la palabra acaba en "m", y no en "n", error en el que se suele caer por lo extraño de la terminación "m" en castellano, pero sucede que en árabe existe también la palabra Iman, que designa otra cosa, completamente distinta.
En general, en árabe, un Imam es una persona que ocupa un lugar destacado entre los suyos, sirviendo de modelo a la comunidad por su autoridad moral o la envergadura de su saber.
Se trata de una personalidad que se impone por su capacidad de convocatoria, basada en sus recursos, sus habilidades o su prestigio.
El Corán restringe su alcance y emplea el término Imam para designar a los profetas, que fueron imames para los suyos, es decir, les sirvieron de jefes, maestros y guías. En definitiva, en sentido estrictamente coránico, los imames por excelencia son los profetas, el último de los cuales fue Muhammad (la paz y bendición sean con él).

En la tradición islámica, la palabra Imam vuelve a utilizarse con tres sentidos distintos. El primero, Imam es el que ostenta el poder legítimo o debería ostentarlo; sería quien está a la cabeza del Islam (o quien debería estarlo), bien porque haya sido elegido para ello (según los sunitas), bien por derechos propios (según los chiitas).
El Imam equivaldría al califa (aunque un califa no es Imam si su autoridad no tiene una base legitimadora). Puesto que no existe el califato, el término Imam, en este sentido, no es aplicable a nadie.
En segundo lugar, un Imam es una persona destacada en una ciencia particular, y que ha creado escuela. Así, en materia de Fiqh, son llamados Imames Malik, Abu Hanifa, Shafii y Ahmad, entre otros muchos, a causa de su relevancia en la historia de la elaboración del derecho musulmán. En lo referente a Hadiz, son Imames Bujari y Muslim, entre otros muchos que han demostrado su pericia en el estudio de las tradiciones atribuidas al Profeta. En lo referente al Kalam, son Imames Al Ashari y Al Maturidi, entre otros que también han aportado mucho a la sistematización de la doctrina.

En Tasawwuf son Imames Al Yilani y Al Yunaid, por ejemplo, por su papel en la trasmisión de enseñanzas místicas. Y así con todas las ramas del saber. Los Imames, aquí, son grandes maestros fundadores de grandes corrientes de pensamiento.
La historia les concede este título en reconocimiento de su mérito dando fe de su carácter de "Jefes" de escuelas cuya validez es reconocida por los musulmanes.
Por último, se da el nombre de Imames a quienes dirigen y sincronizan el Salat (La Oración) en las mezquitas. Para ello es suficiente con ser musulmán y tener los conocimientos básicos al alcance de cualquiera para cumplir con dicha tarea. Es preferible, además, que sea una persona que goce de respeto, el "mejor" entre los presentes en saber y en autoridad moral. Esto es lo que nos dicen los tratados de derecho musulmán.

El imamato, según todo lo anterior, es una función, no un cargo (salvo en el caso del califa, que no nos incumbe aquí). No hay ninguna institución que nombre imames. Esto es muy importante.
El título honorífico de Imam a personas que hayan desarrollado una labor muy importante en la trasmisión del Islam les es conferido por la "Historia", generalmente, después de que hayan muerto, y atendiendo a su reputación y aceptación por los musulmanes.
Cuando se dice de alguien que es un Imam se le está dando un trato de respeto, sin más implicaciones. Todo esto en un sentido general, pues siempre pueden alzarse voces en contra de la aceptación común, lo cual es frecuente y es casi imposible la unanimidad, dentro de la tradición de continuo debate que caracteriza al Islam.
En el último caso la dirección y sincronización del Salat, la persona que cumple esa función recibe el nombre de Imam si la realiza con frecuencia, convirtiéndose en el Imam de tal mezquita, sin que ello conlleve derechos exclusivos. Todo musulmán, de hecho, es Imam o puede serlo.
Para dirigir el Salat no hay que estar consagrado ni designado por nadie. Y así ha sido siempre.