LA NECESIDAD DE RECORDAR A DIOS

El propósito de la creación de la humanidad es la adoración.
Cómo la religión del Islam ha prescrito formas para mantener el recuerdo de Dios.

Todos los diferentes actos de adoración contenidos en las leyes divinas están diseñados para ayudar a los humanos a recordar a Dios. Es natural para los seres humanos olvidar a veces incluso las cosas más importantes. Los humanos a menudo están tan absortos en satisfacer sus necesidades materiales que olvidan por completo sus necesidades espirituales. La oración regular ha sido ordenada para organizar el día de los verdaderos creyentes alrededor del recuerdo de Dios. Ella entrelaza las necesidades espirituales con las necesidades materiales de manera diaria. Las necesidades diarias de comer, trabajar y dormir están enlazadas a la necesidad diaria de renovar la conexión del hombre con Dios. Respecto a la oración regular, Dios declara en la revelación final:
“Ciertamente Yo soy Allah, y no hay más divinidad que Yo. Adórame, pues, y haz la oración para tenerme presente en tu corazón”. (Corán 20:14).

Respecto a ayunar, Dios declara en el Corán:
“¡Oh, creyentes! Se os prescribió el ayuno al igual que a quienes os precedieron para que alcancéis la piedad”. (Corán 2:183).
A los creyentes se les anima a recordar a Dios tanto como les sea posible. A pesar de que la moderación en todas las esferas de la vida, tanto materiales como espirituales, es recomendada generalmente en la ley divina, se hace una excepción respecto al recuerdo de Dios. Es virtualmente imposible recordar demasiado a Dios. En consecuencia, en la revelación final, Dios anima a los creyentes a recordarlo tanto como les sea posible:
“¡Oh, creyentes! Recordad constantemente a Allah”. (Corán 33:41).

El recuerdo de Dios se enfatiza porque el pecado generalmente se comete cuando Dios es olvidado. Las fuerzas del mal operan más libremente cuando la conciencia de Dios se pierde. En consecuencia, las fuerzas satánicas buscan ocupar las mentes de la gente con pensamientos y deseos irrelevantes para hacer que olviden a Dios. Una vez Dios es olvidado, la gente se une voluntariamente a los elementos corruptos. La revelación final señala este fenómeno así:
“Satanás los sedujo y los hizo olvidar el recuerdo de Allah. Éstos son los secuaces de Satanás. ¿Acaso no son secuaces de Satanás los perdedores?” (Corán 58:19).

Dios, a través de la ley Divina, ha prohibido las bebidas embriagantes y los juegos de azar principalmente porque hacen que los seres humanos se olviden de Dios. La mente y el cuerpo humanos fácilmente se hacen adictos a las drogas y los juegos. Una vez se hacen adictos, los humanos desean estar continuamente estimulados por ello, lo que los lleva a toda forma de corrupción y violencia entre ellos. Dios dice en el Corán:
“Satanás sólo pretende sembrar entre vosotros la enemistad y el odio valiéndose de los embriagantes y los juegos de apuesta, y apartaros del recuerdo de Allah y la oración. ¿Acaso no vais a absteneros?” (Corán 5:91).
En consecuencia, la humanidad necesita recordar a Dios para su propia salvación y crecimiento. Todos los humanos tienen momentos de debilidad en los que cometen errores. Si ellos no tienen formas de recordar a Dios, se hunden más y más en la corrupción con cada pecado. Sin embargo, aquellos que siguen las leyes divinas estarán recordando constantemente a Dios, lo que les dará una oportunidad de arrepentirse y corregirse a sí mismos. La revelación final describe este proceso con precisión:
“Aquellos que al cometer una obscenidad o iniquidad invocan a Allah pidiendo perdón por sus pecados, y no reinciden a sabiendas, sepan que sólo Allah perdona los pecados”. (Corán 3:135).

La religión del Islam

El sistema más completo de adoración disponible para los seres humanos actualmente, es el sistema encontrado en la religión del Islam. El mismo nombre Islam significa “sumisión a la voluntad de un solo Dios”. A pesar de que se lo nombra comúnmente como “la tercera de las tres religiones monoteístas”, no es una religión nueva en absoluto. Es la religión traída por todos los Profetas de Dios a la humanidad. El Islam fue la religión de Adán, Abraham, Moisés y Jesús. Dios se refiere a este tema en el Corán en relación al Profeta Abraham, diciendo:
“Abraham no fue judío ni cristiano, sino que fue un monoteísta sometido a Allah, y no se contó entre los idólatras”. (Corán 3:67).
Dado que no existe sino un Único Dios y la humanidad es una sola especie, la religión que Dios ha ordenado a los seres humanos es una sola. Él no prescribe una religión para los judíos, otra para los indios, y una más para los europeos, etc. Las necesidades espirituales y sociales de los humanos son uniformes, y la naturaleza humana no ha cambiado desde que fueron creados el primer hombre y la primera mujer. En consecuencia, ninguna otra religión es aceptable para Dios más que el Islam, como Él mismo declara en la revelación final:
“Ciertamente para Allah la religión es el Islam…”. (Corán 3:19).
“Quien siga una religión diferente al Islam no se le aceptará, y en la otra vida se contará entre los perdedores”. (Corán 3:85).