EL DIVORCIO

Hay gente que no ve bien el divorcio, ya que lo consideran como una corrupción para la sociedad humana y por lo tanto de la familia, como parte fundamental de la sociedad.

El divorcio es considerado por muchos como un error en el Islam y en su legislación, mientras que nosotros, los musulmanes vemos nuestra religión como una institución divina que Dios reveló para organizar nuestra vida en la fe, en la sociedad, en la política y en todos los campos.

La humanidad, hoy día, está sufriendo las consecuencias de las leyes y legislaciones humanas sin darse cuenta de que la verdadera felicidad se encuentra dentro del ámbito del Islam, cuyas legislaciones fueron las últimas reveladas por Dios, a la tierra.

¿Por qué miran al divorcio con desprecio, cuando viene como una solución para resolver el problema de la desunión matrimonial, después de todo intento de arreglo? ¿Por qué se extrañan? ¿Prefieren acaso que permanezcan unidos a pesar de las discordias, desavenencias e infelicidad que tengan? ¿O es que lo consideran como un desprecio a la mujer o un insulto a la santidad del matrimonió?.

Ciertamente el Islam se aferra a la unión eterna del matrimonio y prohíbe limitarlo a un tiempo determinado, ya que si así fuera sería como un disfrute temporal-a pesar de que antes de que se revelase completamente la legislación islámica estuviera permitido-.

Debido a la diferencia de caracteres y temperamento de los humanos, a veces se pueden producir en el hogar fuertes discordias, que dan origen a discusiones y disputas sin ninguna solución. De ahí que el Islam, haya establecido el sistema del divorcio que es lo más detestable ante Dios.

El profeta de Allah (la paz y bendición sean con él) dijo:

«Lo más detestable, de lo lícito, ante Dios es el divorcio».

Dios legisló el divorcio temporal o permanente según los casos, permitiendo a cada uno buscarse un nuevo compañero en el que pueda encontrar la paz, la felicidad y el amor.

En las naciones que no se permite el divorcio podemos ver, que los problemas que surgen en el matrimonio van minando la sociedad. La pareja antes de casarse estaba de acuerdo en todo, pero una vez casados y después de descubrirse los defectos, surgen los problemas que rompen la vida conyugal. Esto hace que desparezca el amor y la paz, y al no permitírseles el divorcio, en este caso, buscan por caminos ilícitos otro compañero que les dé la felicidad y el amor que no encuentran en su propio hogar. De ahí surge la prostitución y la corrupción, que se van extendiendo por la sociedad, haciendo de ésta un reino de intranquilidad y de enfermedades psíquicas.

SISTEMA DEL DIVORCIO, EN EL ISLAM

El Islam ha puesto varios caminos para cuando la discordia reina en el hogar porque considera el enlace matrimonial como una unión sagrada que no debe deshacerse por cualquier desacuerdo.

Dios nos da a conocer en el Sagrado Corán, la importancia de dicha unión:

...Habiendo recibido ellas una solemne promesa de vosotros» (Sura 4, versículo 21).

Por eso, en caso de que surgieran desavenencias matrimoniales, el Islam ordenó los siguientes pasos:

a.) Recapacitar con sinceridad cada uno en sus problemas, pensando en el futuro de sus hijos porque los dos son responsables del hogar.

El profeta de Allah (la paz y bendición sean con él) dijo:

«El hombre es pastor de su familia y es responsable de todos sus miembros. La mujer es pastora en la casa de su marido y es responsable de sus miembros».

También dijo:

«Todos los hijos de Adán pueden equivocarse y los mejores equivocados son los arrepentidos».

El Islam pide que ambos cónyuges que se soporten mutuamente y disimulen, ante la gente, la falta de su compañero.

Allah (altísimo sea) -dice el Sagrado Corán:

«...Convivid con ellas bondadosamente; Pues si las aborrecéis podría ser que despreciarais una cosa a la cual Dios ha dotado de muchas virtudes.» (Sura 4, versículo 19).

Hay muchos matrimonios que hasta después de Pasado mucho tiempo no se conocen lo suficiente, de ahí que el Islam ordene a ambos cónyuges tolerarse recíprocamente y evitar los posibles desacuerdos que pudieran surgir.

Puede que alguien plantee esta pregunta: ¿Por qué no hay un tiempo antes del matrimonio para que la pareja pueda conocerse lo suficiente y en caso de que sus caracteres sean compatibles, efectuar dicho matrimonio y de lo contrario seguir cada uno su camino?

La contestación a esta pregunta es muy fácil: «El ser humano es muy débil ante sus propias pasiones y deseos».

«...Porque el hombre fue creado débil». (Sura 4, versículo 28).

El ejemplo lo tenemos en las sociedades actuales en las que los novios permanecen en este estado durante un tiempo, que a veces pueden ser años, y llegan al punto de quererse y entregarse uno al otro sin reservas, pero a pesar de esto pueden caer en la discordia, rompiendo las relaciones y desapareciendo el amor que anteriormente tenían, quedando de esta forma al descubierto los secretos que se habían confiado.

Por todo esto y otras muchas cosas, el Islam prohíbe terminantemente este tipo de relaciones prematrimoniales y permite solamente que antes del enlace matrimonial la pareja se conozca pero en presencia de algún familiar (máhram) y dentro de lo permitido por el Islam; sin poner límite al número de veces que necesitaran verse para poder conocerse.
b.) Cuando las discordias y desavenencias llegan al extremo de que los cónyuges no pueden soportarse y tienen que separarse, el Islam pide que intervengan los familiares por Parte de ambos eligiendo cada uno a un representante.

Allah (altísimo sea) nos dice en el Sagrado Corán:

«y si tenéis desacuerdo entre ambos, apelad a un mediador de la familia de él y otro de la de ella. Si ambos desean reconciliarse, Dios les conciliará. Ciertamente Dios es sapientísimo, enterado» (Sura 4, versículo 35).

Este versículo nos indica que si la intención de cada cónyuge es sincera y limpia, y quiere la conciliación, llegarán a un acuerdo y resolverán su Problema, porque la complacencia y misericordia de Dios está presente.

c.) Si después de lo anteriormente dicho, los familiares no han podido reconciliarlos, Porque cada uno persiste encerrado en su idea y siguen sin tolerarse, el Islam permite en este caso, el divorcio en su primera etapa, pero la mujer tiene que permanecer en el hogar durante tres meses «Al-lddah» estándole al marido prohibido acercarse a ella durante este período, pero debe, sin embargo, mantenerla.

Este tiempo es suficiente para que cada uno recapacite en su problema y es una oportunidad para reconciliarse, si lo desean.

En esta primera etapa (primera TALQAH) el marido puede volver a su mujer, sin que sea necesario hacer un nuevo contrato matrimonial, ni testigos, ni dote; basta con que él se lo manifieste a su mujer.

d.) Si terminase el tiempo prefijado de «Al-Iddah» y el marido no hubiese vuelto a su mujer, entonces el divorcio se llevará a cabo y en este caso, el Islam, no le permite al marido que vuelva a su mujer, sin antes haber hecho un nuevo contrato matrimonial, con testigos y dote. Si la mujer no quisiera unirse de nuevo a su ex marido, puede hacerlo libremente y puede casarse con otro si lo desea. Si se reconcilian con un nuevo contrato y dote y la discordia empieza de nuevo, el Islam les pide que se soporten y que la familia intervengan para reconciliarlos; pero si persisten una vez más en el divorcio, entonces viene la «segunda Talqah» segunda etapa en la que la mujer permanecerá en el hogar para hacer Al-lddah y el marido ya no puede unirse a ella, sin haber hecho antes un nuevo contrato matrimonial, teniendo ella derecho de aceptarlo o rechazarlo.

e.) En caso de que ella aceptara volver a su marido después de haber hecho un nuevo contrato matrimonial y de nuevo entran en discordia y desacuerdo, el Islam aconseja reconciliarse otra vez y que la familia intervenga nuevamente, pero si siguieran persistiendo en la idea del divorcio, este se llevará a cabo «3a. Talqah» después de la cual les está prohibido unirse de nuevo en matrimonio, sin antes haberse casado la mujer con otro y haberse divorciado o quedado viuda de él (del segundo marido). En este caso puede volver al primer marido si lo desea. El Islam no permite jugar con el divorcio ya que la mujer no es un objeto con el que el hombre juega según su deseo. Hemos visto en las etapas anteriores los pasos que da el Islam para beneficiar a los dos y resolver sus problemas, pues se interesa y preocupa por el matrimonio porque Dios desde el principio lo hizo sagrado.

EL DERECHO AL DIVORCIO

El Islam le dio al hombre el derecho de pedir el divorcio, porque el hombre es la cabeza de familia, y el que debe mantenerla y el que paga la dote; entonces el perjuicio material le atañe más directamente, Por eso debe pensarlo mucho antes de llevarlo a cabo por.

a.) El dinero que gastó al casarse.

b.) La pérdida de tiempo en formar un hogar.

e.) Pierde el cariño de la compañera de su vida y además sus hijos se quedarán sin la protección de la madre, porque en el Islam los hijos quedan bajo la protección del padre, pues él tiene obligación de costear su manutención.

En principio el Islam le ha dado el derecho de pedir el divorcio al hombre porque puede controlarse y dominarse mejor y cuando pide el divorcio es porque está desesperado con su mujer. La mujer, sin embargo, es más sensible a descontrolarse que el hombre y si ¡e le diera el derecho de pedir el divorcio lo utilizaría en cualquier momento de ira del día.

Por estos motivos y más cosas, Dios como conoce perfectamente a cada una de sus criaturas, dio este derecho al hombre pero al mismo tiempo le ha dado a la mujer el derecho de poder separarse de su marido en el momento que lo desee; ella posee la llave de esta puerta y puede abrirla cuando quiera, siempre que restituya al marido los gastos materiales que le haya ocasionado durante su matrimonio, como dote, etc.

El Islam también ha dado a la mujer el derecho de pedir el divorcio en los casos siguientes:

a.) Si lo pone como condición en su contrato matrimonial.

b.) Si el marido no fuera responsable de mantener la familia.

c.) Por la ausencia forzosa del marido durante tres años. Por ejemplo si el marido está en la cárcel.

Pero si la ausencia es por deseo del hombre sin consentimiento de la mujer, el tiempo fijado para efectuar el divorcio será según el juicio del juez.

d.) Si es maltratada por el marido, o si éste tuviera una enfermedad contagiosa o una enfermedad que repeliese a la mujer. En este caso el divorcio tiene que pedirse por medio del juez.

Por todo lo anteriormente dicho, vemos que Dios ha dado al hombre como a la mujer el derecho del divorcio, según las circunstancias.

¿COMO SE EFECTÚA EL DIVORCIO?

El divorcio debe efectuarse:

a.) Con pronunciación clara. Por ejemplo: si el hombre pronuncia claramente palabras que indican el divorcio, como «¡te divorcio!».

b.) Por escrito: el marido expresa claramente por escrito el deseo del divorcio.

c.) Por mímica: en caso de que el marido no pueda hablar pero indica claramente con gestos y señas que está divorciado. Por ejemplo: si el marido está mudo.

d.) Por un intermediario: cuando el marido nombra a otro para que en su lugar pida el divorcio.

Esto nos indica que el divorcio se puede llevar a cabo por medios sencillos, de ahí que el Islam nos ordene tomarlo con la máxima seriedad, utilizándolo en casos extremos y, nos pide que sepamos dominamos en determinados momentos.

El profeta de Allah (la paz y bendición sean con él) dijo:

«Dios maldiga a todo «Zawaq», y al que se divorcia constantemente».

También dijo:
«Hay tres cosas cuya seriedad es máxima y cuya broma tiene también consecuencias muy serias: el casamiento, el divorcio y la reconciliación».

Esto se refiere a:

La petición y aprobación en el contrato matrimonial es una cosa seria; cuando se lleva a cabo el divorcio es una cosa seria y cuando se reconcilian y vuelven a unirse después del divorcio es una cosa seria.

REQUISITOS DEL QUE EFECTÚA EL DIVORCIO

El divorcio debe ser efectuado por un hombre adulto, razonable y libre de toda coacción. No puede pedirlo un demente, el que pierde la razón, un adolescente, ni un coaccionado.

En un relato del profeta de Allah (la paz y bendición sean con él) Dios dice:

«La decisión no se acepta de tres: del dormido hasta que despierte; del niño hasta que sea adulto; del demente hasta que razone»,

Hay otro hadiz que dice:
«Cada decisión del matrimonio se acepta excepto la que viene de uno que no sea libre de razonar».

Relatado por Attirmizi y Al-Bujari de un relato de Abu Hurairah.

ALGUNOS VERSÍCULOS DEL CORÁN Y HADICES DEL PROFETA SOBRE EL DIVORCIO

Allah dice en el Sagrado Corán:

Pero si él la divorcia no le está permitido tomarla nuevamente, hasta que ella se haya casado con otro marido. Pero si se divorcia, no serán culpados si se reconcilian; siempre que crean que les es imposible observar las leyes de Dios. Tales son las leyes de Dios. Que él dilucida para los que buscan saber.

Si divorciáis a las mujeres y ellas han cumplido su término prefijado, mantenedlas honestamente, emancipadas con benevolencia. No las retengáis por la fuerza, violando sus derechos; pues, quien tal haga se condenará. No os burléis de las leyes de Dios y acordaos de la merced de Dios para con vosotros, y de cuanto os reveló en el Libro; la sabiduría, mediante lo cual os exhorta. Temed a Dios y sabed que Dios es omnisapiente.

Si divorciáis a las mujeres y ellas han cumplido su término prefijado, no las impidáis renovar la unión con sus maridos, si ambos se reconcilian voluntariamente, con esto se exhorta a quienes de entre vosotros creen en Dios y en el día del juicio final. Esto es más virtuoso y más puro para vosotros; porque Dios sabe y vosotros ignoráis. (Sura 2, Versículos 230-232).

iOh profeta! Di a los creyentes: «Cuando divorciéis a las mujeres; divorciarlas al término de sus períodos prescritos y contabilizad los períodos, y temed a Dios vuestro Señor, y no las echéis de sus hogares, ni permitáis que salgan de ellos a menos que cometan obscenidad probada. Tales son las leyes de Dios; y quien profane las leyes de Dios, se habrá condenado. Tú ignoras; es posible que Dios, después de ellos, modifique la situación.

Más cuando hayan cumplido su término prefijado, recogedlas humanitariamente o separaos de ellas decorosamente. En ambos casos hacedlo ante dos testigos equitativos, de entre vosotros, y justificad el testimonio ante Dios. Con lo cual se exhorta a quien cree en Dios y en el día del juicio final. Mas quien tema a Dios El le destinará una salvación. (Sura 65, versículos 1-2).

HADICES DEL PROFETA.

1.) «Lo más detestable, de lo lícito, ante Dios, es el divorcio».

2.) «Dios maldiga a todo «Zawaq», y al que se divorcie constantemente».

3.) «Que ningún creyente aborrezca a ninguna creyente, pues si detesta de ella algún comportamiento, aprobará otro».

(Relatado por Muslim)

4.) «Cualquier mujer que pida el divorcio de su marido, sin motivos, jamás llegará a oler el paraíso».

EL DIVORCIO SEGÚN OTRAS RELIGIONES

En el Judaísmo

El divorcio está permitido para los judíos sin que haya motivos suficientes a pesar de que está mal visto, sólo tiene derecho de pedirlo el hombre, la mujer no puede hacerlo, bajo ninguna circunstancia, ni a pesar de los motivos que pudiera haber, incluso que su marido fuera adúltero.

Una vez llevado a cabo será para siempre sin que puedan ambos cónyuges volverse a unir de nuevo en matrimonio.

En el Cristianismo

Todas las sectas cristianas prohíben el divorcio

(Excepto los protestantes y ortodoxos, en caso de adulterio).

Los católicos se basan en Marcos 10-8, 9:

«Y serán los dos una sola carne; de modo que ya no son dos, sino una sola carne. Así, pues lo que Dios junta, no lo separe el hombre».

La deshonra matrimonial por parte de alguno de los creyentes no es motivo de divorcio, sino de separación, pues, el matrimonio en su parte religiosa es indisoluble.

Sin embargo, los protestantes y ortodoxos permiten el divorcio en algunos casos, tales como en el caso de adulterio, basándose en el texto «El que despidiera a su mujer, dele libelo de repudio. Pero yo os digo: todo el que despide a su mujer -excepto en caso de concubinato- la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una repudiada comete adulterio». (Mateo 5, 31-32)

Con todo lo anteriormente dicho, podemos ver que la solución para resolver las discordias y desacuerdos que pudieran surgir en el matrimonio, son distintas en los cristianos, judíos e islámicos.

Los judíos otorgan el derecho absoluto al hombre, para poder divorciar a su mujer en cualquier momento y circunstancias.

Si profundizamos e investigamos imparcialmente todo lo anteriormente dicho, tenemos que sacar la conclusión de que toda legislación, si es divina, tiene que ser justa y perfecta.

En el caso de los judíos, que dan el derecho absoluto al hombre, negándoselo por completo a la mujer, carece de esta justicia, propia de la legislación divina.

Por otro lado, los cristianos, al negarles a ambas partes tal derecho no resuelven los problemas que pueden surgir, y que de hecho surgen, agravando más la situación, y haciendo del hogar -en muchas ocasiones- un reino de discordia y esto tampoco es propio de la legislación divina que es perfecta.

De ahí que encontremos en los países cristianos manifestaciones pidiendo el derecho al divorcio por encontrar en él, las soluciones a los problemas que surgen en las exigencias de su naturaleza humana.

EL PORQUE DEL DIVORCIO EN EL ISLAM

El Islam es una religión realista y práctica, se adapta a lo innato humano y no choca contra él, siendo por eso sus legislaciones válidas para cualquier época y lugar.

Cuando estableció el sistema de divorcio, se basó en las necesidades recíprocas de los cónyuges para salvaguardar la vida matrimonial, haciendo de esta manera la vida humana más feliz. El sistema de divorcio en el Islam se acepta intelectual y lógicamente, además de ser una realidad práctica.

Antes de surgir el Islam en la Península de Arabia, los paganos tenía unas normas de divorcio basadas en el caos. El hombre de entre ellos, podía divorciar y volver a su mujer cuando quería, aunque esto fuera en el tiempo de Iddah.

Después el Islam, legisló normas bien establecidas para el divorcio y cuando estas normas fueron bien cumplidas se distinguió la sociedad musulmana de las demás sociedades con sus fuertes lazos sociales y el perfecto cumplimiento de los mandatos divinos.

En nuestro tiempo actual, vemos a las sociedades cristianas confusas entre los llamamientos de autorizar el divorcio.
En el año 1965, al parlamento italiano se le presentó un proyecto de ley, que solicitaba la autorización del divorcio en Italia; el Papa Pablo VI negó estudiar cualquier proyecto que compete sólo al Vaticano, especialmente si está relacionado con el divorcio.

Sin embargo, los autores del proyecto no han perdido las esperanzas y siguen celebrando reuniones y conferencias declarando que millares de mujeres están separadas de sus maridos por fracaso de la vida matrimonial y que alrededor de medio millón de hombres viven con otras mujeres sin ser sus esposas, además de que trescientos mil niños ¡legítimos nacen como consecuencia de estas relaciones.

Ahora bien, el Islam ha consagrado la vida matrimonial, no hizo de ella una relación efímera, pero al mismo tiempo no la dejó como una cadena perpetua que sólo la muerte puede romper, ya que obligar a los cónyuges a continuar una vida matrimonial infernal, es contraria a los derechos y a las libertades públicas que las leyes reclaman, además de chocar directamente con la legislación divina.

El divorcio en el Islam es una solución y prevención y no una sentencia o sanción, pues Dios lo ha autorizado para evitar los perjuicios de los cónyuges cuando la vida entre ellos llega a ser imposible.

Las sociedades musulmanas, hoy día no enfrentan problemas ante esta cuestión, a pesar que las leyes vigentes en aquellos países no son islámicas.

Los tribunales especializados dan veredictos a los pocos casos que se presentan para el divorcio, sin que esto produzca problemas y crisis igual que ocurre en otros países, Ahora bien, cuando la legislación del Islam se cumpla en la vida de los musulmanes de hoy día, muchos de los problemas matrimoniales que salen a la superficie en los países del mundo islámico desaparecerán, aunque actualmente no llegan a más de 1/50 de los problemas que enfrenta el Occidente.

Es verdad que el Islam ha autorizado el divorcio, pero al mismo tiempo ha desanimado a sus seguidores para que no acudan a él.

«Un beduino vino a consultar a Omar lbn Al-jattaab acerca del divorcio de su mujer, y Omar le dijo:

-No lo hagas.

El beduino le contestó:

-No la amo.

Omar le dijo:

-¡Desgraciado! ¿Es que tú crees que los hogares no se forman más que de amor? ¿Dónde está, pues, la protección y la custodia?

Todo esto quiere decir que cuando el amor no es la estructura fundamental de un hogar, otras cosas pueden conservarlo y continuarlo, como la protección y custodias recíprocas en los derechos y deberes y el temor de que sea el hombre la causa de destruir un hogar y deshacer una vida.

A pesar de que el Islam ha obstaculizado el camino al divorcio, queda éste como un derecho reservado para los dos cónyuges de manera que ninguna otra persona puede intervenir para ejecutarlo o autorizarlo sin el consentimiento expreso de la pareja o de uno de ellos.

Ante todo, el Islam se ha preocupado por la mujer y el mismo profeta dijo en su último sermón durante la peregrinación de despedida, aconsejando a sus compañeros:

« ... Os recomiendo tratar bien a las mujeres... »

Finalmente el divorcio, como última alternativa ante los problemas que sufre un hogar y que se complican día tras día, es mejor que hacer continuar a una familia desunida que puede ser fuente de corrupción para toda la sociedad.