SISTEMA DEL DIVORCIO, EN EL ISLAM

El Islam ha puesto varios caminos para cuando la discordia reina en el hogar porque considera el enlace matrimonial como una unión sagrada que no debe deshacerse por cualquier desacuerdo.

Dios nos da a conocer en el Sagrado Corán, la importancia de dicha unión:

...Habiendo recibido ellas una solemne promesa de vosotros»  (Sura 4, versículo 21).

Por eso, en caso de que surgieran desavenencias matrimoniales, el Islam ordenó los siguientes pasos:

a) Recapacitar con sinceridad cada uno en sus problemas, pensando en el futuro de sus hijos porque los dos son responsables del hogar.

El profeta de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo:

«El hombre es pastor de su familia y es responsable de todos sus miembros. La mujer es pastora en la casa de su marido y es responsable de sus miembros».

También dijo:

«Todos los hijos de Adán pueden equivocarse y los mejores equivocados son los arrepentidos».

El Islam pide que ambos cónyuges que se soporten mutuamente y disimulen, ante la gente, la falta de su compañero.

Dios (altísimo sea) dice el Sagrado Corán:

«...Convivid con ellas bondadosamente; Pues si las aborrecéis podría ser que despreciarais una cosa a la cual Dios ha dotado de muchas virtudes.»  (Sura 4, versículo 19).

Hay muchos matrimonios que hasta después de Pasado mucho tiempo no se conocen lo suficiente, de ahí que el Islam ordene a ambos cónyuges tolerarse recíprocamente y evitar los posibles desacuerdos que pudieran surgir.

Puede que alguien plantee esta pregunta: ¿Por qué no hay un tiempo antes del matrimonio para que la pareja pueda conocerse lo suficiente y en caso de que sus caracteres sean compatibles, efectuar dicho matrimonio y de lo contrario seguir cada uno su camino?

La contestación a esta pregunta es muy fácil: «El ser humano es muy débil ante sus propias pasiones y deseos».

«...Porque el hombre fue creado débil». (Sura 4, versículo 28).

El ejemplo lo tenemos en las sociedades actuales en las que los novios permanecen en este estado durante un tiempo, que a veces pueden ser años, y llegan al punto de quererse y entregarse uno al otro sin reservas, pero a pesar de esto pueden caer en la discordia, rompiendo las relaciones y desapareciendo el amor que anteriormente tenían, quedando de esta forma al descubierto los secretos que se habían confiado.

Por todo esto y otras muchas cosas, el Islam prohíbe terminantemente este tipo de relaciones prematrimoniales y permite solamente que antes del enlace matrimonial la pareja se conozca pero en presencia de algún familiar (máhram)  y dentro de lo permitido por el Islam; sin poner límite al número de veces que necesitaran verse para poder conocerse.

b) Cuando las discordias y desavenencias llegan al extremo de que los cónyuges no pueden soportarse y tienen que separarse, el Islam pide que intervengan los familiares por Parte de ambos eligiendo cada uno a un representante.

Dios (altísimo sea) nos dice en el Sagrado Corán:

«y si tenéis desacuerdo entre ambos, apelad a un mediador de la familia de él y otro de la de ella. Si ambos desean reconciliarse, Dios les conciliará. Ciertamente Dios es sapientísimo, enterado»  (Sura 4, versículo 35).

Este versículo nos indica que si la intención de cada cónyuge es sincera y limpia, y quiere la conciliación, llegarán a un acuerdo y resolverán su Problema, porque la complacencia y misericordia de Dios está presente.

c) Si después de lo anteriormente dicho, los familiares no han podido reconciliarlos, Porque cada uno persiste encerrado en su idea y siguen sin tolerarse, el Islam permite en este caso, el divorcio en su primera etapa, pero la mujer tiene que permanecer en el hogar durante tres meses «Al-lddah» estándole al marido prohibido acercarse a ella durante este período, pero debe, sin embargo, mantenerla.

Este tiempo es suficiente para que cada uno recapacite en su problema y es una oportunidad para reconciliarse, si lo desean.

En esta primera etapa (primera TALQAH) el marido puede volver a su mujer, sin que sea necesario hacer un nuevo contrato matrimonial, ni testigos, ni dote; basta con que él se lo manifieste a su mujer.

d) Si terminase el tiempo prefijado de «Al-Iddah» y el marido no hubiese vuelto a su mujer, entonces el divorcio se llevará a cabo y en este caso, el Islam, no le permite al marido que vuelva a su mujer, sin antes haber hecho un nuevo contrato matrimonial, con testigos y dote. Si la mujer no quisiera unirse de nuevo a su ex marido, puede hacerlo libremente y puede casarse con otro si lo desea. Si se reconcilian con un nuevo contrato y dote y la discordia empieza de nuevo, el Islam les pide que se soporten y que la familia intervengan para reconciliarlos; pero si persisten una vez más en el divorcio, entonces viene la «segunda Talqah» segunda etapa en la que la mujer permanecerá en el hogar para hacer Al-lddah y el marido ya no puede unirse a ella, sin haber hecho antes un nuevo contrato matrimonial, teniendo ella derecho de aceptarlo o rechazarlo.

e) En caso de que ella aceptara volver a su marido después de haber hecho un nuevo contrato matrimonial y de nuevo entran en discordia y desacuerdo, el Islam aconseja reconciliarse otra vez y que la familia intervenga nuevamente, pero si siguieran persistiendo en la idea del divorcio, este se llevará a cabo «tercera Talqah» después de la cual les está prohibido unirse de nuevo en matrimonio, sin antes haberse casado la mujer con otro y haberse divorciado o quedado viuda de él (del segundo marido). En este caso puede volver al primer marido si lo desea. El Islam no permite jugar con el divorcio ya que la mujer no es un objeto con el que el hombre juega según su deseo. Hemos visto en las etapas anteriores los pasos que da el Islam para beneficiar a los dos y resolver sus problemas, pues se interesa y preocupa por el matrimonio porque Dios desde el principio lo hizo sagrado.