MARÍA EN EL ISLAM

Este es el primero de tres artículos donde hablaremos sobre María en el Islam, en este artículo veremos su infancia.

María, la Madre de Jesús, tiene una posición relevante en el Islam, y Dios dice que ella es la mejor de las mujeres de entre su creación.
Dios la escogió entre todas las mujeres, por su inmensa piedad y devoción.
“Y cuando los ángeles dijeron; ¡Oh, María! Allah te ha elegido y purificado. Te ha elegido entre todas las mujeres del universo. ¡Oh, María! Adora a tu Señor, prostérnate e inclínate con los orantes”. (Corán 3: 42-43).
Dios hizo de ella un ejemplo a ser seguido.
“Y también a María hija de ‘Imran, quien preservó su castidad; infundimos en ella [a través del Ángel Gabriel] Nuestro Espíritu. Ella creyó en la veracidad de las palabras [de Allah] y en Su Libro, y se contó entre las devotas.” (Corán 66:12).

Ella fue la mujer en la cual se gestó el milagroso nacimiento de Jesús, sin intervención de un padre. María ya era conocida por su piedad y castidad, si esto no hubiese sido así, nadie hubiera creído que su embarazo fue milagroso, creencia que es confirmada por el Islam.
La especial naturaleza de María se evidenció en su temprana niñez por numerosos milagros.
Dios ha revelado la hermosa historia de María, para grabarla en la memoria de los hombres y mujeres a través de la historia.
La infancia de María
“Cuando la esposa de Imran dijo: ¡Señor mío! He realizado el voto de entregar a Tu exclusivo servicio lo que hay en mi vientre. ¡Acéptamelo! Tú eres Omnioyente, Omnisciente.” (Corán 3:35).
Los padres de María eran Heli y su esposa Hannah, que eran descendientes del Profeta David. Así, María descendía del linaje de los profetas, Abraham, Noé, Adán (La paz sea con todos ellos) Como se menciona en el versículo precedente, ella nació en la familia elegida por Dios de Hani, que nació en la familia elegida por Dios de David.

Hannah también nació en una familia elegida por Dios, de pequeña entró al servicio del templo, y cuando fue mayor rogó a Dios y concibió un hijo, pero al nacer éste se entristeció porque era una niña y no un varón, ya que eran, según la costumbre, los varones quienes se consagraban al servicio del templo de Jerusalén (Bait-al-Maqdis).
¡Oh mi Señor, he concebido una niña, y una niña no es como un varón!
Cuando ella expresó su tristeza, Dios le respondió:
“Y Dios bien sabía lo que había concebido” (Corán 3:36).
Pero Dios eligió a María para ser parte del gran milagro de la creación, el nacimiento sin padre de Jesús.

Hannah llamó a la niña María, e invocó a su Señor para que la protegiera a ella y a su descendencia de Satán:
“La he llamado María, y Te imploro que la protejas a ella y a su descendencia del maldito Satanás.” (Corán 3:36). 
Dios respondió su súplica y protegió a María y luego la agració con el milagroso nacimiento de Jesús, y Satán no pudo jamás perjudicarlos. El Profeta Muhammad (La paz sea con él) dijo:
“Nadie nace sin que lo toque Satán, y el niño llora cuando Satán lo toca, excepto María y su Hijo (Jesús).” (Ahmad)
Es fácil observar que existen similitudes entre los hechos relatados y la teoría cristiana de la inmaculada concepción de María y Jesús. Sin embargo también existen profundas diferencias. El Islam no acepta la teoría del pecado original y sostiene que Jesús fue protegido por Dios del toque de Satán, como los otros Profetas, Jesús estaba protegido de los pecados mayores, en tanto ella (María) recibió la protección de Dios garantizada a los creyentes piadosos:
“Su Señor la aceptó complacido, e hizo que se educase correctamente y la confió a Zacarías” (Corán 3:37).
Luego del nacimiento de María, su madre Hannah la puso al servicio del templo de Bait al Maqdis y ella creció bajo la tutela del templo. Conociendo la nobleza y la piedad de su familia, varias personas se disputaron el honor de hacerse cargo de ella, y por la gracia de Dios, el Profeta Zacarías fue el educador y mentor de María.

Los milagros que se sucedieron y las visitas de los ángeles
“Toda vez que Zacarías ingresaba al templo la encontraba provista de alimentos, y entonces exclamaba: ¡Oh, María! ¿De dónde te ha venido esto? Ella respondía: De Allah; porque Allah sustenta sin medida a quien le place.”(Corán 3:37).
María fue visitada por los ángeles en más de una ocasión, Dios dice que los ángeles la visitaron y le informaron su elevado status entre las personas:
“Y cuando los ángeles dijeron: ¡Oh, María! Allah te ha elegido y purificado. Te ha elegido entre todas las mujeres del universo. ¡Oh, María! Adora a tu Señor, prostérnate e inclínate con los orantes.” (Corán 3: 42- 43).
Por todo esto se podría pensar que María fue Profeta, si lo fue o no, es materia de debate. El Islam nos dice que ella era superior a las demás mujeres en piedad y devoción, y que fue elegida por Dios para dar a luz al Profeta Jesús.
En esta segunda parte de nuestra exposición sobre María, hablaremos de la anunciación.

La anunciación
Dios nos describe el momento en que los ángeles anunciaron a María las buenas noticias de que tendría un niño, que sería preeminente en la tierra y realizaría milagros.
Los ángeles dijeron:
“¡Oh María, Allah te ha elegido y te ha purificado! Te ha elegido entre todas las mujeres del universo. ¡Oh María! Adora a tu Señor, prostérnate e inclínate con los que oran.
Éstas son historias que no conocías y te las hemos revelado. Tú (¡Oh, Muhammad!) no estuviste presente cuando sortearon con sus juncos a ver quién de ellos se encargaría de María, ni tampoco cuando disputaban acerca de ello.
Y cuando los ángeles dijeron: ¡Oh, María! Allah te albricia con su palabra. Su nombre será El Mesías, Jesús hijo de María, será distinguido en esta vida y en la otra, y se contará entre los más próximos a Allah.” (Corán 3:45-48).
En la biblia aún se conserva parte de estas verdades:
“No temas María, El Señor te ha agraciado y te anuncia que concebirás un hijo, y debes llamarlo Jesús
Asombrada ella respondió: ¿Cómo podrá ocurrir esto, si no me ha tocado ningún hombre?” (Lucas 1: 26-38).
Esto constituyó una gran prueba para María, ya que a pesar de que era conocida por su piedad, la acusaron de ser inmoral.
En otra parte del Corán, Dios relata más detalles de cómo Gabriel anunció a María que sería la madre de un Profeta.
“Y puso un velo para apartarse de las miradas (mientras adoraba a Allah) de los hombres de su pueblo. Entonces le enviamos a nuestro Espíritu (el Ángel Gabriel), quien se presentó con forma humana. Ella dijo: Me refugio de ti en El Clemente, si temes a Allah. Le dijo: Soy un enviado de tu Señor para agraciarte con un hijo puro.” (Corán 19:17-19).

Cuando María salió por un momento de la mezquita, Gabriel se le aproximó en la forma de hombre, María se sintió asustada por su presencia, por lo cual buscó refugio en Dios, Gabriel le explicó que él no era un hombre, sino un ángel enviado a anunciarle que daría a luz a un hijo puro. María, atónita exclamó:
“Ella dijo: ¿cómo he de tener un hijo si no me ha tocado ningún hombre, ni soy una indecente?” (Corán 19:19-20).
El ángel le explicó que ese era el decreto de Dios, y eso es fácil para Él.
“Así será, le respondió, pues tu Señor dice: Ello es fácil para mí. Y lo convertiremos en un signo para la humanidad y una Misericordia. Es un asunto decidido.” (Corán 19:21).

Dios insufló el espíritu de Jesús en María, y Jesús fue concebido en su vientre, como dice Dios en otro capítulo del Corán:
“Y también María hija de ‘Imram, quien preservó su castidad, infundimos en ella Nuestro Espíritu. Ella creyó en la veracidad de las palabras (de Dios) y en Su Libro, y se contó entre las devotas.” (Corán 66:12).
Cuando las señales de su embarazo se hicieron evidentes, María temió por lo que la gente decía de ella, la noticia se extendió rápido, y como era inevitable, fue acusada de ser una indecente. Los cristianos dicen que ella se casó con José, el Islam afirma que ella no tenía marido, no fue desposada, y ésta era la causa de las murmuraciones y de su angustia. La gente creyó que la única conclusión lógica a la que se podía llegar era que María había fornicado, entonces ella se alejó a una tierra distante, Dios dice:
“Lo concibió, y decidió retirarse a un lugar apartado. Los dolores del parto la llevaron junto al tronco de una palmera.” (Corán 19:22).

En esta tercera parte de nuestra exposición sobre María, hablaremos del nacimiento de Jesús, y de la importancia y el respeto que le otorga el Islam a María.

El nacimiento de Jesús
En el inicio de su trabajo de parto, María sentía un dolor extremo, mental y físico. ¿Cómo una mujer de su piedad y nobleza tendría un hijo fuera del matrimonio?
Ya mencionamos que su embarazo y su parto, fueron normales como en cualquier mujer. Pero para las creencias cristianas María no sufrió dolores durante el parto, y para cristianos y judíos, la menstruación y las penurias del parto, son un castigo para la mujer por el pecado de Eva, pero el Islam no acepta el concepto de pecado original, y enfatiza que nadie deberá cargar con los pecados de otros.
“…cualquier pecado que cometáis es en detrimento propio, y nadie cargará con los pecados de otro…” (Corán 6:164).

No sólo esto, ni en el Sagrado Corán ni en los dichos del Profeta Muhammad se le reprocha a Eva, sí se habla de la culpa de Adán, o de ambos.
“Pero Satán les susurró (a ambos) con el fin de que (desobedecieran a Allah) y así fueran despojados, diciéndoles: Vuestro Señor os prohibió que os acerquéis a este árbol para que no os convirtáis en seres inmortales o en ángeles.
Y les juró: Os aconsejo para vuestro bien
Y los sedujo con mentiras, cuando ambos comieron del árbol, notaron que estaban desnudos, y comenzaron a cubrirse con hojas del paraíso, entonces su Señor los llamó: ¿No os había prohibido comer de este árbol y advertido que Satán es vuestro enemigo declarado?” (Corán 7:20-22).

María, debido a su angustia y su dolor deseó no haber sido creada, y exclamó:
“…preferiría haber muerto antes que esto, y así me habrían olvidado completamente.” (Corán 19:23).
Luego de esto, dio a luz al niño, y en aquel momento, cuando su dolor y su preocupación eran muy grandes, Dios la auxilió milagrosamente:
“Entonces (el ángel) la llamó desde abajo (desde el valle): No te apenes, tu Señor ha hecho fluir debajo de ti un arroyo. Sacude el tronco de la palmera y caerán sobre ti dátiles maduros y frescos.
Come, bebe y conténtate, y cuando veas a algún hombre dile: Por cierto he realizado voto de silencio por el Clemente, y no hablaré con nadie hoy.” (Corán 19:24-26).

Entonces María se tranquilizó, y ocurrió el primero de los milagros de Jesús, que siendo un niño recién nacido, habló para calmar a su madre, ya que cuando la gente vio que había dado a luz la increparon:
“Se presentó ante su pueblo, llevándolo en brazos (a Jesús). Le dijeron: ¡Oh María! Has hecho algo inaudito.” (Corán 19:27).
Ella señaló a Jesús, y milagrosamente él habló, tal como Dios había dicho que ocurriría cuando anunció su nacimiento.
“Hablará a los hombres en la cuna y de adulto, y se contará entre los virtuosos.” (Corán 3:46).
Jesús le dijo a la gente:
“…por cierto que soy el siervo de Dios, Él me revelará un libro y hará de mí un Profeta. Seré bendecido dondequiera me encuentre, y me ordenará hacer la oración y pagar el Zakat mientras viva.
Y me hará benevolente con mi madre, no dejará que sea soberbio ni rebelde.
La paz fue conmigo el día en que nací, será conmigo el día que muera y el día en que sea resucitado.” (Corán 19:30-33).
Así comenzó la vida de Jesús, durante ella, debió constantemente evadir los planes que hacían algunos judíos y romanos para matarlo, y nunca dejó de llamar a la gente a adorar al Único Dios.

María en el Islam
Aquí expusimos la elevada situación en la que el Islam coloca a María. El Islam la considera la mejor y más perfecta de las mujeres. En el Sagrado Corán, ninguna mujer recibe más atención que María, a pesar de que todos los Profetas, excepto Adán, tuvieron madres.
El Corán tiene 114 capítulos, María se encuentra entre las ocho personas cuyo nombre es el título de estos capítulos. El capítulo diez se llama “Mariam”, que es la forma árabe de “María”. El capítulo tercero lleva el nombre de su padre, ‘Imram (Heli).
Los capítulos Mariam e ‘Imram, son de los más hermosos del Corán. Además María es la única mujer específicamente nombrada en el Corán. El Profeta Muhammad dijo:
Las mejores mujeres de la creación son: María la hija de ‘Imram, la esposa del Faraón, Jadiya Bint Juwailed (la esposa del Profeta) y Fátima, la hija de Muhammad, El Mensajero de Dios (At-Tirmidhi).

A pesar de las inmensas virtudes de María y Jesús, queda claro que los dos eran completamente humanos y mortales. Los dos fueron creados y nacieron en este mundo.
Ellos fueron protegidos por Dios de cometer pecados mayores, en el caso de Jesús, como todos los Profetas, de manera absoluta, y en el de María, de manera parcial como todas las personas altamente virtuosas. Por esto queda claro que María podía cometer alguna falta por error, sin embargo, los cristianos creen que ella estaba libre de ello: Pero nadie tiene el atributo de perfección, que le pertenece únicamente a Dios.

El Islam enseña el monoteísmo perfecto, nadie tiene poderes omnipotentes excepto Dios, solamente a Él se le debe adoración y devoción. Los milagros que ocurren a manos de los Profetas o de algunas personas virtuosas, son provenientes de Dios, y ellos no tienen poder alguno para socorrerse a sí mismos ni a otros, ellos son siervos de Dios, necesitados de la Misericordia de Dios.
Nadie debe ser adorado excepto Dios. Es cierto que muchos milagros ocurrieron en presencia de María. Muchas veces ocurrió que diferentes personas dijeron presenciar apariciones de María, pero estos sólo son engaños de Satán para desviar a las personas.
Hoy sobran ejemplos de personas que invocan a María en lugar de a Dios, y caen en la innovación de lo que Dios reveló y la idolatría, como quienes recitan la oración “Ave María” o creen lo que se dice en la literatura como el “Transitus Mariae”, todo esto es politeísmo.
Lo cierto es que María fue la más pura de las mujeres y una sierva devota de Dios, especialmente elegida para dar a luz al Gran Profeta y Mesías Jesús, fue conocida por su piedad y castidad, su historia verdadera fue relatada en el Corán revelado al Profeta Muhammad y así será preservada la verdad hasta el día del juicio.