LA CREACIÓN

¿Acaso no se encuentra en la naturaleza misma de cada ser humano el mirar hacia el cielo cuando tiene alguna necesidad o se siente devastado? Cuando sufre alguna pérdida pide a gritos a un Señor, cuando está desesperado levanta sus ojos buscando la ayuda de un ser superior, esto está en la naturaleza innata de toda la humanidad.
Cada ser humano tiene dentro de sí una inclinación natural a plantearse ciertas preguntas acerca del propósito de la vida: ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Existe un creador o todo esto es producto del azar? Hasta que estas preguntas sean contestadas, el alma de una persona nunca podrá encontrar paz y la vida parecerá un esfuerzo fútil y sin sentido. El Corán invita al hombre a recorrer la tierra, hacer sus propias observaciones y reflexionar sobre cómo se originó la creación:
“Diles [¡Oh, Muhammad! a quienes niegan la Resurrección]: Transitad por la Tierra y observad cómo [Allah] originó la creación. Luego, Allah la reproducirá el Día de la Resurrección; ciertamente Allah tiene poder sobre todas las cosas”. (Corán 29:20).

LA CREACIÓN DEL UNIVERSO

Solo para reflexionar sobre la vasta y maravillosa creación a nuestro alrededor, cada ser humano puede sentarse y contemplar el mundo que lo rodea y llegar a la conclusión de que tiene que existir un diseñador, un creador de este espléndido universo.
Cuado lea este documento, observe este salón, observe este edificio, podría preguntarse acerca de sus diseñadores. Podría pensar en el tiempo que cada persona ocupó para escoger cada letra cuidadosamente, escoger los colores, escoger y colocar cada ladrillo para lograr un efecto general en usted: el visitante.

¿Y qué me dice sobre USTED, el lector? ¿Qué me dice sobre SU diseño? Sus complejos órganos, la función de sus ojos al observar estas líneas, su corazón que se emociona a leer cada palabra, es cerebro que está usted utilizando, más rápido y más poderoso que cualquier computadora disponible hecha por el hombre. ¿Quién diseñó esto?
¿Qué me dice sobre la tierra sobre la cual está parado, cada una de las leyes de la biología, química y física; de las fuerzas fundamentales como la de gravedad y el electromagnetismo; la estructura de los átomos y elementos que han sido establecidos de manera tan precisa y que hacen posible la vida?

Observemos a la Tierra dentro del sistema solar, la vida sería insostenible si la rotación de la Tierra no fuese exactamente correcta. Nuestro sistema solar es uno de los muchos sistemas solares. Nuestra galaxia, La Vía Láctea, es una de las cien millones de galaxias del universo. Todas ellas están en orden y todas ellas son precisas. En lugar de estar en conflicto unas con otras, ellas están nadando solas en una órbita que ha sido establecida para ellas. ¿Acaso los seres humanos han puesto eso en movimiento y son ellos quienes mantienen esa precisión? ¿Pudo todo esto formarse solo por una completa coincidencia: un “big bang” sin un diseñador?
“¿Acaso los incrédulos no reparan que los cielos y la Tierra formaban una masa homogénea y la disgregamos, y que creamos del agua a todo ser vivo? ¿Es que aún después de esto no creerán?” (Corán 21:30).

“En la creación de los cielos y la Tierra, y en la sucesión de la noche y el día hay signos para los dotados de intelecto”. (Corán 3:190).

“Y ha creado para vuestro beneficio la noche, el día, el Sol, la Luna, y las estrellas; todos están sometidos a Su voluntad. En esto hay signos para quienes razonan”. (Corán 16:12).

LA CREACIÓN DE LA HUMANIDAD

Una vez hemos aceptado que solo puede existir un diseñador de todo, debemos buscar una respuesta para nuestra existencia. El Corán explica la creación del hombre en el siguiente verso:
“¡Oh, humanos! Temed a vuestro Señor Quien os ha creado a partir de un solo ser, del que creó a su esposa e hizo descender de ambos muchos hombres y mujeres. Temed a Allah, en Cuyo nombre os reclamáis vuestros derechos, y respetad los lazos de parentesco. Por cierto que Allah os observa”. (Corán 4:1).

Si usted fuera a recibir un regalo, sin ninguna razón, una simple bebida o un libro, seguramente se sentirá inclinado a decir gracias. Ciertamente, el diseñador que le dio sus ojos, su corazón y pulmones merece que se le agradezca, reconozca y alabe. Allah nos dice que este es el propósito de la vida: reconocerlo, adorarlo y obedecerlo.
“Por cierto que he creado a los genios y a los hombres para que Me adoren”. (Corán 51:56).

Al reconocerlo en todo lo que hacemos, le estamos agradeciendo por la comida que nos provee, la bebida que apaga nuestra sed, la ropa que usamos; todo debe tener algún reconocimiento para Él.
Cuando se llega a la creación de la humanidad, se hace muy evidente desde el principio que cuando Allah creó al hombre no lo hizo en vano, ya que fue creado como el vicerregente de Allah sobre la tierra. Al hombre se le confió la tarea de cultivar, cuidar y gobernar la tierra, de acuerdo con la guía divina, con justicia entre todo lo que existe.
“Y cuando tu Señor le dijo a los Ángeles: He de establecer una generación tras otra [de hombres] en la Tierra (…)”. (Corán 2:30).

También, en la creación de la humanidad se manifiestan algunos de los atributos divinos como la misericordia, el perdón y la bondad.

¿EXISTE VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE?

Los musulmanes creemos que esta vida es una etapa transitoria, una preparación para la vida en el más allá. La vida en esta tierra no es el ultimátum. La muerte no es el final sino solo un cambio de mundos, un escalón hacia el más allá: dicha eterna en el Paraíso o tormento en el Infierno. Allah resucitará todo en el Día del Juicio, y la humanidad será llamada a rendir cuentas por sus acciones como consecuencia de haber sido honrados con el intelecto y la libre voluntad. A la humanidad se le ha dado la oportunidad de seguir la guía divina obtener sus recompensas eternas en esta vida y en la otra. La creencia en la vida después de la muerte es un pilar de fe en el Islam.
“Toda alma probará la muerte, y recibiréis vuestra completa recompensa el Día de la Resurrección. Quien sea salvado del Fuego e ingresado al Paraíso habrá triunfado. La vida mundanal no es más que un placer ilusorio”. (Corán 3:185).